Y se quedarán cantando;

Esta historia surge a partir de mi experiencia personal observando tanto a mi abuela materna como paterna. Aún procediendo de clases sociales distintas, sus relaciones matrimoniales tenían muchas cosas en común. Son mujeres inteligentes, amables y prudentes, que desde jóvenes mostraban una gran ambición hacia su carrera profesional. Pero todo esto lo sacrificaron para dedicarse a tiempo completo a su marido y el trabajo en casa. Personas, que más allá de formar parte de la generación silenciosa, fueron silenciadas por una sociedad que arrebataba cualquier tipo de oportunidad a las mujeres.

El problema no solo surge de todo lo anterior. Es algo que se repite constantemente día tras día con conductas domésticas que esta generación normalizó.

¿Qué ocurre cuando tu vida gira en torno a otra persona y esta fallece?

Al fin y al cabo estas no fueron personas infelices, pero sí personas con vidas propias que terminaron sacrficando por la familia. Entonces, ¿qué ocurre cuando una de estas personas pierde a su marido, alguien por y para quien llevan viviendo todo este tiempo? Aquella vida que dejaron atrás no la pueden retomar. No solo se enfrentan al duelo de perder alguien con quien llevan la mayor parte de su vida, sino que pasan a estar solas, y enfrentrase a ellas mismas en una vida que NO construyeron para ellas.